Aunque parezca increíble, su voz suena tan
clara y característica como hace 30 años, pese a que en este tiempo la
vida ha asestado duros golpes a George Michael. Durante años, historias
sobre drogas y problemas personales llenaron los titulares y, hace un
año, cuando parecía que las aguas se habían calmado, se cayó de su coche
en medio de una autovía, por causas aún sin aclarar.
Su tour Symphonica, con el que en 2011 y 2012 recorrió Europa, tampoco
estuvo exento de drama: una grave pulmonía hizo que tuviera que ser
ingresado en Viena y durante un tiempo incluso su vida corrió peligro.
El lunes, el británico lanza su nuevo disco, que lleva el nombre y las
canciones del tour. Pero también tiene un gusto amargo: su productor
Phil Ramone, que a lo largo de su trayectoria trabajó junto a Bob Dylan,
Elton John o Amy Winehouse entre otros, falleció en marzo de 2013.
Aunque el disco no contenga nuevas canciones, sino hits de sus tres
décadas de carrera y algunos covers, se trata del primer álbum que graba
desde Patience, en 2004. En el tour Symphonica, George Michael se
preocupó sobre todo por la voz, afirmó el coproductor David Austin
durante la presentación del disco en Londres. Su época de Wham! y de
estrella adolescente en los años 80 quedó atrás, ahora lo que le importa
es la voz, añadió.
Que el cantante ha tenido bastante tras los golpes que le ha asestado el
destino y sus problemas con las drogas queda claro en Symphonica. En el
disco se concentra en sonidos tranquilos, las baladas y el
acompañamiento orquesta. Hits como “A different corner”, “Praying for
Time” o “Cowboys and angels” adquieren ahora aires nuevos, al igual que
canciones menos conocidas como “Through” o “John and Elvis Are Dead”.
A ellas se añaden versiones de temas de sus artistas favoritos, como el
“Idol” de Elton John o “Let her down easy”, de Terence Trent D’Arby, que
ya salió como single.
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